Autora del blog

STIVY SILVIA

Image and video hosting by TinyPic

Escritora y compositora. Docente en el área de enfermería. Colabora en radio online.

AQUEL ANTIGUO FONOGRAFO

Hoy mi padre encontró entre tantas cosas guardadas, un fonógrafo que había pertenecido a su padre, es decir, a mi abuelo. Con sus 83 años me lo armó para que viera como era aquello tan extraño y que en una época fue moda. Este aparato no tiene cable, ni pilas, solo una minúscula manija para darle cuerda, colocar el disco que en esa época eran de 78 revoluciones y comenzar a andar. Claro este es un fonógrafo portátil. Mi padre me contó que su padre lo había traído en el barco proveniente de España, cuando él solo tenía cerca de los 10 años.
Me pareció muy tierno y me puse a pensar, cuántos momentos habrá pasado mi abuelo escuchando en su viaje a Argentina y que pensamientos le fluían mientras su música seguía sonando. Con el tiempo mi padre escuchó sus tangos cuando recién comenzaba el auge de Carlos Gardel.
Seguí mirando el aparato y aproveché a tomarles unas fotos mientras se mezclaban en una imaginaria danza, la era digital fotográfica y el antiguo y primitivo fonógrafo. Allí se me vino a la mente que lindo sería hoy tener a mi abuelo y mostrarles los avances tecnológicos de las épocas, pense, que le pasaría a él enfrentarse al nuevo mundo tecnológico.
Seguó obsevando y en mi mente se seguía tejiendo en mi  imaginación, un abuelo joven, un niño, donde quizá en el son de su música, (ignoro cual sería), su mente llena de ilusiones al pisar un país nuevo, encontraría su mujer y con el tiempo sus hijos, y siempre quizá escondiendo sus sentimientos al compás del sonido de ese fonógrafo, y que con los años se trasladaría a los sueños y sentimientos de mi padre.
Hoy allí está, callado, tan callado que no puede cantar lo que vivió entre generación y generación, y hoy descartado por los adelantos de la ciencia y la tècnica. Para mi, para mi hija un objeto novedoso, que calla, guarda silencio porque ya no puede cantar, no porque no funcione, porque la cuerda de su corazón de madera aún funciona, pero no tiene ya los discos para poder esculpir su sonido.
Con todo lo que el mundo cambió, mi respeto y admiración por ese sencillo elemento musical, pero en mi mente sigue tocando la música de los recuerdos y los momentos vividos de mi abuelo y mi padre, y que el noblemente en su cajita de madera, calladito, hoy tiene guardados.


0 comentarios:

Publicar un comentario